Larga vida a Guardiola

Larga vida a Guardiola

Ejercer de conductor del mejor Barcelona de la historia (doce de quince títulos hasta el momento) ha hecho de Guardiola un personaje que trasciende lo deportivo. Por eso, los ecos para forzar su continuidad llegan desde cualquier rincón de Cataluña. Por ejemplo, desde su Parlamento, donde el jueves recibió el apoyo y la admiración de la sociedad catalana en el acto de entrega de la medalla de honor. Escamados por la costumbre del técnico de renovar su contrato año a año, los barcelonistas están atentos a cualquier síntoma que anuncie un final de ciclo. «Aún tengo pasión por entrenar a este equipo», explicó ayer Pep, que siempre ha vinculado su continuidad a la respuesta de sus jugadores.

«Hemos ganado mucho en tres años, pero el club es más que centenario y mientras siga respetando sus ideas seguirá funcionando. Esto sigue, el Barça no depende de mí, sino de la gestión de la junta, de los jugadores, aficionados... No me preocupa absolutamente nada este tema, seguiremos siendo fuertes mucho tiempo», añadió Guardiola, que rechaza valoraciones sobre su figura más allá de lo futbolístico. Por ejemplo, las que le dedicó el presidente del Barcelona, Sandro Rosell, a cuenta de la medalla de honor del Parlamento catalán.